domingo, enero 29, 2006

Uno que vive de las fotos

Entre la gente interesante que conocí durante el viaje, en el hostel de Krakow tuve ocasión de conversar con Geo D. Oliver, un fotógrafo de Alaska que lleva varios años viajando y retratando la vida en los hostels.
www.photohype.com

sábado, enero 28, 2006

De vuelta en Barcelona

Otra vez en mi querida Barcelona, instalado en la pieza de Hugo, un amigo argentino, hasta que se libere la habitación que voy a alquilar por este ultimo mes y medio.
Ya no estoy a 6 cuadras de la Sagrada Familia como antes, sino directamente en frente, solo nos separa la ventana del comedor.
Finalmente me confirmaron el trabajo hasta mitad de marzo, que ademas de permitirme estar un tiempo mas con mis amigos, me vendra muy bien para reorganizar un poco mi golpeada economia.

Y lo mas lindo es que aunque en estos meses viviendo aqui he llegado a conocer muy bien la ciudad, cada vez que me interno en las callejas del centro me sigo sorprendiendo y descubriendo cosas nuevas. Las veredas ahora se ven mas luminosas -aún a pesar de las nubes y la persistente lluvia-, porque los arboles estan completamente desnudos, y la perspectiva de un mes pasado fuera y viendo lugares tan distintos, hace resaltar aún mas los detalles tan característicos de Barcelona.

sábado, enero 21, 2006

Malas noticias

Y a veces pasan cosas no tan agradables, incluso cuando uno esta de viaje y disfrutando cada experiencia.
El hecho es que esta mañana cuando me desperte en el tren en Praga mi mochila habia "desaparecido" por obra de un par de tipos que estuvieron en algun momento de la noche mientras yo intentaba dormir.
Lo siguiente es previsible: perder buena parte de la mañana, primero esperando a la interprete, y luego para hacer la denuncia; llamar para dar de baja la tarjeta de credito, y solo despues poder salir a la ciudad a conseguir un hostel decente donde alojarse.

Asi que aqui me tienen, en Praga, convertido involuntariamente en un viajero minimalista e intentando reorganizar como continua el periplo.
Lo mas lamentable de todo es la perdida de la camara y las fotos de la ultima parte del viaje, ademas de algo de ropa que me ayudo a sobrellevar las bajas temperaturas de estos lares. Pero por otra parte no hay nada que no pueda reponerse, asi que si siempre soy de la idea de que en esta vida las cosas materiales van y vienen, sera cuestion de llevarlo a la practica.
Y ahora no me queda mas remedio que viajar como un turista normal y aprender a mirar las cosas en directo en vez de a traves del ocular de la camara.

viernes, enero 20, 2006

Krakow

Si lo que uno quiere es tener al menos un pantallazo de Polonia, Krakow resulta probablemente la ciudad mas indicada. De hecho ni siquiera pensaba venir tan lejos, principalmente considerando que en esta epoca del año las temperaturas raramente suben de cero grados y de hecho pueden estar en -20 sin mucha dificultad, pero como siempre, alguien que conocés en un albergue te termina convenciendo y como a la hora de viajar tengo el si facil no costo demasiado terminar aca.

Felizmente instalado en el Nathan's Villa Hostel (www.nathansvilla.com), que entre otras cosas tiene un pub en el sotano, con mesa de billar, y sala de cine, y encima esta a pocos pasos del centro histórico; fué facil tomar la calle y visitar los sitios mas interesantes.

El hecho es que en palabras la ciudad cuenta mas o menos con lo mismo que todas las ciudades que he visitado: una plaza central, museos varios, iglesias, un barrio judio, monumentos y la universidad Jagiellonian donde estudiaron Copernico y el papa Juan Pablo II.
La cosa es que uno le toma el gusto a visitar edificios viejos, porque cada ciudad tiene su estilo, y encima los idiomas varian tanto en tan poca distancia que pedir comida en un restaurant puede ser un ejercicio de los mas interesante.
Gastronomicamente hablando ya llevo varios dias probando confituras diversas, tipicas de cada lugar y verdaderamente baratas, lo que las hace mas irresistibles todavia.

Ademas esta es la primera vez en que es facil tener una noción bien clara del valor del dinero, porque sucede que el tipo de cambio de los zlotys es igual al del peso argentino, y si bien los precios son bastante inferiores al resto de Europa, siguen resultando bastante altos para el bolsillo argentino, y para peor ahora uno se da cuenta.

Como sea, ahora tambien he descubierto el sentido de que las ciudades tengan tantos bares y cafés. Es que con semejantes temperaturas despues de un par de horas caminando los dedos de los pies pasan de un estado de humedad y frio a perder sensibilidad directamente, y ni hablar de la nariz si uno no cuenta con algo que la cubra del viento.
Y mientras uno se ve obligado a usar dos pantalones y varias capas de ropa de la cintura para arriba, esto sin embargo no parece impedir que las chicas polacas vistan polleras cortas y botas de taco alto, que además manejan con increible habilidad sobre la nieve congelada mientras uno parece un pato intentando no terminar desparramado en el piso.

jueves, enero 19, 2006

Con mas peso en la mochila

Si pasan por Krakow es imprescindible darse una vueltita por la libreria Massolit (www.massolit.com), un autentico comercio del año del jopo con libros increibles en ingles a precios en algunos casos ridiculos y de paso se pueden tomar un café escuchando musica del mundo.
Claro que en mi caso esta visita representó incorporar un par de libros mas para el camino (como si no tuviera ya suficiente peso), dos joyitas de Bill Bryson, el escritor de viajes mas divertido que conozco, y menos mal que que no tenían más porque corria el riesgo de tener que alquilar una valija nueva para el resto del viaje.

Auschwitz

Otras diez horas y media en tren desde Budapest me depositaron esta vez en krakow (Polonia). Lo mas curioso de todo es que el viaje es de menos de 600 km, pero con las demoras al cruzar la frontera eslovaca primero y la polaca despues, mas las numerosas paradas en lugares con nombres dificilmente pronunciables el viaje se extiende de manera increible y uno podria pensar que ha recorrido el doble de la distancia.
Lo bueno de los trenes por esta zona de Europa, y especialmente durante el invierno, es que como van semi vacios es muy facil tener una cabina para un solo y poder utilizar los cuatro asientos a modo de cama improvisada.

De la ciudad ya hablaremos mas adelante, porque como siempre las mejores cosas no pasan necesariamente visitando los edificios historicos.
Ni bien bajo del tren, alrededor de las 6 de la mañana y pensando en esperar hasta las 8 para no llegar al hostel a horas tan intempestivas (donde obviamente no tengo reservación), me encuentro a un par de promotores del mismo intentando captar la gente recién llegada. Resultado: en poco mas de media hora estoy durmiendo una siesta comodamente luego de una ducha caliente y recuperando energias para enfrentar el frio que me espera.

Y como suele suceder, lo que originalmente pretendian ser dos dias se terminan convirtiendo en tres porque no es posible venir hasta aca y dejar de visitar los campos de concentración de Auschwitz.
Y la verdad es que no se puede decir que sea un lugar agradable, mas bien todo lo contrario, pero uno termina siendo un poco masoquista y se sube a un bus por una hora y media para luego morirse de frio en unos barracones enormes donde muchos miles de personas antes que uno se murieron literalmente y no solo por culpa del frio.
Y debe haber sido el unico dia desde que estoy de viaje en que no saqué la cámara ni por un momento, es que el lugar no inspira exactamente deseos de inmortalizarlo como algo para mostrarle a los amigos a la vuelta.

martes, enero 17, 2006

Szentendre

Una mencion aparte merece Szentendre (una manera complicada de escribir San Andres), un minusculo pueblito a solo 20 kilometros de Budapest caracteristico por sus casas bajas y muy coloridas, multitud de locales de artesanias tradicionales, varias iglesias y cafecitos de aspecto acogedor.
Sin dudas bien vale la pena tomarse un par de horas (mas dos trenes de 40 minutos y lindos paisajes suburbanos) y visitar el pueblito para poder apreciar una Hungria muy distinta a la de la capital.

lunes, enero 16, 2006

Budapest

Budapest se me resistió un poco más que las últimas ciudades, el hecho es que llegué el jueves con Ally y Gen (las dos australianas que conocí en Bratislava) luego de un viaje de unas tres horas en tren y fueron necesarios un par de días para llegar a encontrarle el gusto.
Sucede que a primera vista la ciudad recuerda demasiado a Buenos Aires, y talvez no en los aspectos más positivos. La zona que va de la estación de trenes Kalati Ter hasta el centro es una colección de edificios viejos, de cuatro y cinco pisos, con las fachadas ennegrecidas por el humo de los coches y cayendose a pedazos por donde se los mire. Al nivel de la calle se suceden negocios de todo tipo con mercaderia de calidad imprevisible y amontonada entre carteles de colores y afiches publicitarios pegados en cualquier espacio libre que pudiera haber.
Y al final resulta que el patrimonio arquitectónico de Pest, que es verdaderamente envidiable, particularmente los templos religiosos y edificios públicos, queda perdido en medio de tanto hollin y un tráfico de locos.

Afortunadamente solo hace falta buscar un poco para que los encantos de estas ciudades aparezcan, y en mi caso solo bastaba con cruzar el puente a escasos 200 metros del hostel Vamhaz.
Del otro lado del Danubio, en Buda, que además es la zona elevada de la ciudad (no como Pest que es absolutamente plano), están los principales atractivos para quienes esperan poder visitar edificios históricos y lugares verdaderamente interesantes sin tener que preocuparse por que un auto te pueda atropellar mientras tomas una foto.
Entre la zona comprendida por los tres puentes más céntricos de la ciudad se suceden una ermita creada dentro de una gruta en la montaña, una iglesia un poco mas en lo alto, la ciudadela donde se pueden ver testimonios de las guerras y la estatua de la libertad, y finalmente el Castillo de Buda (que de castillo no tiene nada), un edificio increiblemente grande que domina todo lo alto de la margen del rio y está destinado a albergar museos diversos. Antes de bajar de nuevo a nivel del rio es imprescindible pasar por la iglesia Mattia y el Bastion de los pescadores, todos formando parte de lo que la Unesco declaro patrimonio de la humanidad.
Lo mejor de esta parte de Buda es que el trafico está absolutamente limitado, por esa razón las calles del castillo y los alrededores se convierten en verdaderos sectores peatonales y no es necesario andar penando por el humo y el ruido.

Dicho todo esto, tampoco es cuestión de pensar Buda se lleva todos los laureles y Pest no tiene ningun atractivo. Con solo alejarse un poco del downtown, pero en la dirección correcta, es posible descubrir el parque Városliget, hogar de algunos museos también, del circo de la ciudad, una pista gigantesca de patinaje sobre hielo, y principalmente de los más famosos baños termales (o baños turcos), que es imprescindible visitar si uno viene a la ciudad.

Y bueno, también parece que cuando uno esta de vacaciones es facil tener una tendencia un poco mas elevada a hacer cosas estupidas que de costumbre, lo que en mi caso represento quedarme dos dias mas en la ciudad para hacer una excursion de caving (decir espeleologia suena demasiado mal) a unas cuevas espectaculares a escasos kilometros del centro.
Afortunadamente fuimos un grupo reducido (tres mas el guia), que nos llevo a lo largo de tres horas a recorrer infinidad de tuneles y pasadizos bastante por debajo de la superficie, pasando por lugares verdaderamente estrechos (muy estrechos!!!) donde en muchos casos solo entrabamos pasando de costado, arrastrandonos sobre el estomago o la espalda y sin la menor idea de adonde ibamos a salir.
La guinda del postre fue recorrer los ultimos 20 metros antes de salir completamente a oscuras, guiando cada uno al siguiente y tanteando en todas las direcciones para no golpearse con algo o ir a parar a un pozo.
En definitiva, una excursion divertidisima, imperdible si vienen a Budapest pero no apta para claustrofobicos o personas por encima de los 120 kilos.

Y como para compensar semejante esfuerzo, que mejor que a la mañana siguiente unos buenos baños termales para relajar los musculos cansados y disfrutar el ultimo dia antes de partir rumbo a Cracovia.

miércoles, enero 11, 2006

Conversando con Mr Viliam

Por si la ciudad no me hubiera sorprendido lo suficiente, esta tarde entré a la Central European House of Photography a ver unas exposiciones y tuve oportunidad de conversar con Viliam Malik, un fotografo de prensa de 94 añitos que con una mezcla de alemán e inglés me hizo una recorrida por algunos de sus trabajos sobre el retorno a Bratislava de los refugiados de la segunda guerra mundial.

Descubriendo Bratislava

Y Bratislava se convierte en la primera etapa impensada de un viaje organizado sobre la marcha.
Siguiendo los consejos de Matt decidí incorporar a Budapest en el recorrido, aprovechando entre otras cosas que Viena esta muy bien ubicada a corta distancia de varias ciudades interesantes de europa del este.
El hecho es que para ir a Budapest, Bratislava queda de camino, y dado que el tiempo no es tirano (todavía), la incorporé a la lista y el martes a la mañana tras una horita de viaje en tren (pasaje cortesía de Gian Franco, a quien le vendieron un ida y vuelta sin que el lo pidiera), estoy en una de la estaciones de tren de la capital de Eslovaquia junto con un par de españoles que al igual que yo no tienen ni idea de como lograr entenderse con los eslovacos.
Pero la hospitalidad de las gente es tal como me habian dicho, nunca va a faltar quien nos ayude a tomar el colectivo correcto para llegar al centro o indicarnos el camino exacto al hostel.

El hecho es que la ciudad, que haste un par de dias antes solo habia escuchado nombrar en los noticieros, no solo existe y no esta tan lejos, sino que además resulta ser interesantisima.
Ya de lejos al llegar con el tren se ven del otro lado del Danubio los típicos bloques de apartamentos de la era soviética, pero una vez dentro, la ciudad antigua es fascinante, llena de contrucciones viejas y mucas de ellas callendose a pedazos, pero tambien plena de iglesias y palacios con una arquitectura que nada tiene que envidiarle a las grandes capitales de Europa.
Pero mas alla de ello, la ciudad es además animadisima. Luego de caer el sol (a las 16:30), el centro sigue estando lleno de gente por todas partes y por todos lados aparecen bares y restoranes con estilos muy variados pero en todos los casos terriblemente simpáticos.
Y es que a falta de grandes cantidades de dinero, la ciudad derrocha creatividad a la hora de reciclar edificios y casas viejas para convertirlos en locales de todo tipo, y es que aunque no faltan las tipicas cadenas de comida rapida de siempre, en Bratislava es posible encontrar todavia el gusto de alguna gente que se pasó mucho tiempo alejada del capitalismo feroz.

Y una mencion aparte merecen cinco chicos de Bangladesh que conocí a la tarde, que se alegraron muchisimo cuando les conte que venía de Argentina y me aseguraron que alla siempre hinchan por nosotros al futbol (aún habiendo sido una colonia británica, o talvez justamente por eso mismo - quien sabe?). Lastima que les tuve que decir que en Argentina no sabemos jugar al Cricket

Viena

Solo basta un día viajando solo para recuperar ese gustito tan característico por las charlas compartidas con gente nueva y ese intercambio de información a borbotones tan tipico de los hostels.
Viena es exactamente lo que uno espera de ella, una ciudad plagada de edificios imponentes, simbolo de glorias pasadas, y que hoy representa una transicion suave y evita un shock mas fuerte cuando uno sale de las Suiza perfecta y absolutamente predecible y se dirige a los paises del este.

Pero obviamente lo mas memorable de mi paso por Viena no fué la ciudad precisamente (que es realmente impresionante, pero eso no es ninguna novedad), sino las charlas en el living del hostel Ruthensteiner. Ya al rato de llegar conocí a Matt, un ingles de 26 años que viene viajando en bicicleta por el mundo desde hace mas de 4 años, y al que se quedó muy feliz cuando lo introduje a la música de Astor Piazzolla. (vean algo de su último viaje en http://cyclingjapan.blogspot.com)

En esa y la siguiente noche compartiriamos charlas y cervezas con tres argentinos más, un par de chilenos, un italiano simpaticon que me dio un pasaje y algunos datos útiles de Bratislava, una maestra de Costa Rica y australianos y gringos diversos.

Y consejos mediante, un viaje que sería tentativamente a Praga pasando por Viena y talvez alguna ciudad más de Europa de este termina incorporando varias etapas imprevistas.

sábado, enero 07, 2006

Otra vez en el camino

Y despues de quince dias en Zürich, en muy buena compañía, pero aburguesado al fin, esta noche vuelvo a los trenes con destino Viena como punto de partida y Praga y Berlin en el horizonte. Ya sobre la marcha veré que otras ciudades se van cruzando en el camino.

viernes, enero 06, 2006

Tres dias y cinco ciudades

La verdad que esto de estar tan tranquilo en una sola ciudad ya me estaba poniendo inquieto. El hecho es que siguiendo los consejos de Fernanda armé el recorrido y me di por fin el gustazo de pasar tres dias por lugares nuevos, con unas cuantas horas sobre los trenes y durmiendo en hostels.

Cinco ciudades, todas muy suizas y todas muy distintas: Una grande, Berna, talvez comparable a Zürich, con un centro antiguo muy rico hermosos recorridos bordeando el rio.

Zermatt es un pueblo de montaña perdido al pie del Matterhorn, un centro de ski adonde solo se puede llegar en tren y por el que circulan unos pequeños taxis y minibuses eléctricos.

Vevey y Montreux estan teñidas de un acento frances indiscutible, tanto en sus casas como en sus sonidos, ambas sobre la costa del lago Léman y separadas por una decena de kilómetros. Pero mientras Vevey mantiene su idiosincracia de pequeño pueblo costero sin altibajos, con edificios bien mantenidos pero viejos al fin, Montreux ganó fama internacional en torno al festival de jazz que este año va por su cuadragésima edición e incorporó nuevos hoteles y salas de juego.

Y por último, Gruyères, un pueblo medieval en medio de la montaña, que además de lo pintoresco de la ciudad amurallada y el infaltable castillo, cuenta con el Museo H.R.Giger (creador de alien y otras criaturas afines) y un bar decorado a tono.

jueves, enero 05, 2006


Museo H.R.Giger - Gruyeres

Gruyeres al anochecer

Montreux

Montreux

Montreux

Zermatt

Zermatt

Zermatt

El Matterhorn (Zermatt)

Berna

La catedral de Berna (segunda mas grande de Suiza)

Berna