miércoles, enero 11, 2006

Viena

Solo basta un día viajando solo para recuperar ese gustito tan característico por las charlas compartidas con gente nueva y ese intercambio de información a borbotones tan tipico de los hostels.
Viena es exactamente lo que uno espera de ella, una ciudad plagada de edificios imponentes, simbolo de glorias pasadas, y que hoy representa una transicion suave y evita un shock mas fuerte cuando uno sale de las Suiza perfecta y absolutamente predecible y se dirige a los paises del este.

Pero obviamente lo mas memorable de mi paso por Viena no fué la ciudad precisamente (que es realmente impresionante, pero eso no es ninguna novedad), sino las charlas en el living del hostel Ruthensteiner. Ya al rato de llegar conocí a Matt, un ingles de 26 años que viene viajando en bicicleta por el mundo desde hace mas de 4 años, y al que se quedó muy feliz cuando lo introduje a la música de Astor Piazzolla. (vean algo de su último viaje en http://cyclingjapan.blogspot.com)

En esa y la siguiente noche compartiriamos charlas y cervezas con tres argentinos más, un par de chilenos, un italiano simpaticon que me dio un pasaje y algunos datos útiles de Bratislava, una maestra de Costa Rica y australianos y gringos diversos.

Y consejos mediante, un viaje que sería tentativamente a Praga pasando por Viena y talvez alguna ciudad más de Europa de este termina incorporando varias etapas imprevistas.

1 comentario:

Hugo dijo...

Dr. Baretta: Ya que andas por Viena, podrias pegarte una vueltita por la que, en otrora tiempo, fuese la casa del Dr. Sigmund Freud (Sigmundo Feliz), hoy en dia convertida en museo. Toma unas fotitos y ¡¡please!! publícalas en esta pagina!!
Suerte chaval!

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