Contrariando a todos los que no creían semejante sacrilegio fuera posible, en compañía de mis amigos de la peña ciclístico-gastronómica Los Bicitantes
®, el domingo fuimos a la iglesia.
No exactamente a misa, lo que ya hubiera sido mucho pedir, pero si a tiempo para compartir un asado multitudinario organizado en beneficio de la iglesia Nuestra Señora del Carmen de Lopez Lecube.
Viajamos el sábado por la tarde hasta el club de pesca de Pigüé en la laguna Las Encadenadas, alli quedaron los autos y nos dedicamos a tomar mate y sacar fotos y el domingo por la mañana nos disfrazamos de ciclistas y salimos a luchar contra el viento por los 26 km de caminos vecinales que unen la laguna con el pueblo de Lopez Lecube.
Las pocas casas que forman el pueblo son el recuerdo de lo que alguna vez fué una población rural que, como tantas otras diseminadas por el interior de la Argentina, con la desaparición del ferrocarril se convirtieron paulatinamente en pueblos fantasmas.
Lo que distingue aún hoy a este pueblo es una iglesia casi centenaria de estilo entre románico y gótico que el estanciero don Ramón López Lecube hizo construir en el lugar en que, ocultándose en una providencial vizcachera, salvó la vida de un malón de indios allá por 1887.
Un cuarto de siglo después, con materiales y muebles traidos especialmente de Italia y ladrillos de las canteras del propio Lopez Lecube, fué finalmente inaugurada y consagrada a Ntra. Sra. del Carmen.
Con el paso del tiempo, el abandono y el clima fueron dejando huellas en la estructura de la iglesia y hoy en día un grupo de vecinos de la región constituyó la Asociación Civil Amigos de la Iglesia Nuestra Señora del Carmen y se ha puesto en marcha para evitar que este monumento se siga deteriorando y se pierda en el olvido.
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ntrasradelcarmendelopezlecube.blogspot.com.
