jueves, enero 19, 2006

Auschwitz

Otras diez horas y media en tren desde Budapest me depositaron esta vez en krakow (Polonia). Lo mas curioso de todo es que el viaje es de menos de 600 km, pero con las demoras al cruzar la frontera eslovaca primero y la polaca despues, mas las numerosas paradas en lugares con nombres dificilmente pronunciables el viaje se extiende de manera increible y uno podria pensar que ha recorrido el doble de la distancia.
Lo bueno de los trenes por esta zona de Europa, y especialmente durante el invierno, es que como van semi vacios es muy facil tener una cabina para un solo y poder utilizar los cuatro asientos a modo de cama improvisada.

De la ciudad ya hablaremos mas adelante, porque como siempre las mejores cosas no pasan necesariamente visitando los edificios historicos.
Ni bien bajo del tren, alrededor de las 6 de la mañana y pensando en esperar hasta las 8 para no llegar al hostel a horas tan intempestivas (donde obviamente no tengo reservación), me encuentro a un par de promotores del mismo intentando captar la gente recién llegada. Resultado: en poco mas de media hora estoy durmiendo una siesta comodamente luego de una ducha caliente y recuperando energias para enfrentar el frio que me espera.

Y como suele suceder, lo que originalmente pretendian ser dos dias se terminan convirtiendo en tres porque no es posible venir hasta aca y dejar de visitar los campos de concentración de Auschwitz.
Y la verdad es que no se puede decir que sea un lugar agradable, mas bien todo lo contrario, pero uno termina siendo un poco masoquista y se sube a un bus por una hora y media para luego morirse de frio en unos barracones enormes donde muchos miles de personas antes que uno se murieron literalmente y no solo por culpa del frio.
Y debe haber sido el unico dia desde que estoy de viaje en que no saqué la cámara ni por un momento, es que el lugar no inspira exactamente deseos de inmortalizarlo como algo para mostrarle a los amigos a la vuelta.

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